La asexualidad es un término general aplicado a las personas cuyo interés por el sexo es mínimo. Existen diversas teorías en torno a las causas de ésta. Por un lado, hay quienes consideran la asexualidad como una orientación. Otros argumentan que se trata de un trastorno sexual −o de un trastorno por aversión al sexo−.
Hay quienes sugieren que es la consecuencia de experiencias traumáticas −como puede ser el abuso sexual−. También se dice que la asexualidad puede ser el resultado de la represión sexual −homosexual, heterosexual, bisexual...−. O que se debe a cuestiones hormonales, a un desarrollo tardío... La sublimación es otra posible causa. Algunas personas asexuales aseguran que su asexualidad no les preocupa y que no debería ser contemplada como un trastorno. Asimismo, algunas personas asexuales pueden experimentar sentimientos románticos. Y esto hoy en día puede suponer un importante problema. La mayoría de la gente da por sentada la actividad sexual en la pareja. Algunas personas asexuales toleran el sexo y pueden establecer relaciones de pareja duraderas −aunque posiblemente conflictivas−. A menudo la pareja se siente frustrada por el bajo deseo sexual mostrado y por la escasa actividad sexual.
La asexualidad no es equivalente al celibato. Un célibe decide abstenerse de la actividad sexual y la mayoría de los célibes no son asexuales.
Hay quienes sugieren que es la consecuencia de experiencias traumáticas −como puede ser el abuso sexual−. También se dice que la asexualidad puede ser el resultado de la represión sexual −homosexual, heterosexual, bisexual...−. O que se debe a cuestiones hormonales, a un desarrollo tardío... La sublimación es otra posible causa. Algunas personas asexuales aseguran que su asexualidad no les preocupa y que no debería ser contemplada como un trastorno. Asimismo, algunas personas asexuales pueden experimentar sentimientos románticos. Y esto hoy en día puede suponer un importante problema. La mayoría de la gente da por sentada la actividad sexual en la pareja. Algunas personas asexuales toleran el sexo y pueden establecer relaciones de pareja duraderas −aunque posiblemente conflictivas−. A menudo la pareja se siente frustrada por el bajo deseo sexual mostrado y por la escasa actividad sexual.
La asexualidad no es equivalente al celibato. Un célibe decide abstenerse de la actividad sexual y la mayoría de los célibes no son asexuales.
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